Tomar decisiones no se le daba muy bien en los últimos años, empezando por auto excluirse del trono. Él nombró a su hermana reina, ella siempre estuvo preparada para semejante tarea, llegando al rango más alto como Duquesa peleando intensas batallas contra sus enemigos a pesar del trato igualitario entre hombres y mujeres en Saiz. A nadie le gustaba que una mujer sentada en el trono después del desastre de Nesferes; la madre de la dinastía se equivocó al escoger su sucesora temporal antes que sus hijos crecieran.
La casa Cortázar se negó a dar de sus hijos para tal trabajo y a revelar la identidad de la gemela de la reina solo se sabe que su abuelo de tan solo quince años llego a parar sentado allí según oscuros secretos por orden de su propia tía. Parecía extraño que un menor de edad pudiera gobernar tan bien curiosamente todos los reyes tenían que esperar hasta los veintiún años excepto él.
《Tal vez, mi abuelo nunca gobernó solo》
— Majestad, los Reyes nunca gobiernan en soledad.
— ¿Disculpa?
— La corona tiene una sombra para cada uno de sus integrantes— aclaró — puedo hacerme la idea que su hermana no tuvo tiempo de encontrar la suya y sus padres decírselo— movió los dedos índice y medio en ambas manos.
— Si fuera cierto, nos abandonaron a mi o a mi hermana.
— Hay asuntos en que no pueden interferir— saco de sus mangas un cofre de madera— esto es un regalo de su sombra para usted.
Con mucha intriga lo abrió, observando un huevo de cuarzo con manchas escarlata al poner su mano en este sintió como la vida aún fluía dentro de él.
Comentarios